1898.- Un cuento. (20 nov 2024)


Todos los acontecimientos
que parecen suceder
en el mundo ilusorio
interpretado por la mente.

Son en realidad
sucesos aislados.

Su aparente interrelación,
se la da la interpretación
tendenciosa que de ellos hace
el pensamiento.

Para fingir una continuidad
inexistente, que justifique
la existencia del personaje
que abandera sus conclusiones.

Ahí están encerrados,
el karma, el cambio,
los deseos, el apego,
la persona, el espacio,
el tiempo, el nacimiento,
la muerte y el renacimiento.

Como postes que sujetan
el velo, con el que
los pensamientos
ocultan nuestra
verdadera naturaleza
siempre presente.

Pero en realidad,
todo es una inmensa ilusión,
un montaje, una historia.

Un cuento
maravillosamente contado,
que nos embelesa
y nos hace renacer
una y otra vez
con cada pensamiento.

1897.- Conocer. (18 nov 2024)


Conocer, es colocar un objeto
mentalmente ante nosotros
y darle un nombre y unas
características determinadas.

Antes de archivarlo,
relacionado entre
todos los demás conceptos.

Cuando tratamos
de conocernos,
de saber lo que somos,
hacemos lo mismo.

Y el resultado es que,
como somos quien
usando la mente
trata de definirnnos.

No podemos ser
nunca lo definido,
que es solo un concepto
a archivar más.

Por eso, lo que
verdaderamente somos,
no podemos conocerlo,
sino serlo.

Y eso que somos,
ya lo somos
desde siempre.

Solo hemos
de darnos cuenta.

Y así dejar de creer
que somos la persona,
el cuerpo o algún otro
ente imaginado o
percibido ante nosotros.

Coleccionado entre
los conceptos
del pensamiento.

A eso que somos,
nada le afecta.

Y sin nombre
ni forma determinada,
todo lo abarca
y todo lo es.

Así que podemos
abandonarnos a serlo
en confianza plena,
y disfrutar del devenir
viviendo en plenitud,
en dicha y en paz.

1896.- Mente. (16 nov 2024)


Solo hay mente.

La mente es nuestra
sensación de ser.

El primer pensamiento.

La mente es nuestro yo soy,
el primer concepto.

La mente es todo el universo,
en el que esta mente única
aparenta transformarse.

Sin dejar nunca de ser mente,
sin abandonar jamás
su esencia vacía y pura.

La mente es todo
lo que somos
y no hay nada
que no sea mente.

Hacia afuera,
se convierte
en los pensamientos
y los objetos del mundo.

Hacia adentro,
se convierte en el Ser.

Otros la llaman dios,
naturaleza original,
absoluto o realidad última.

Pero ajena a los nombres,
permanece siempre
tal y como es.

1895.- Olvidarnos. (14 nov 2024)


Reconocer nuestra verdadera
naturaleza original, esto es,
la Mente Única, el Absoluto,
el Yo Soy Puro, el Tao,
la No Dualidad
o la Realidad Última.

No es acceder
a un estado estable.

A partir de ahí, podemos
ignorar el pensamiento.

Podemos dejarnos llevar
por él y perder de vista
nuestro estado mental natural.

O podemos dejar
la atención en libertad
y olvidarnos por completo
de la dualidad
y de la no dualidad.

Y es que si no fuera así,
no sería la liberación.

1894.- Permanecer. (12 nov 2024)


Para reconocer nuestra
verdadera naturaleza.

Tenemos que
retirar la atención
y el interés
de los pensamientos
para empezar.

Pero es que
al creer ser personas,
vivimos en el pensamiento.

Y no podemos ni imaginar
cómo prescindir de él.

Pues eso equivaldría
a dar la espalda
a nuestra propia vida,
en vez de mejorarla.

Por eso, es necesario
reconocer antes
nuestra sensación de ser,
de existir, de estar vivos.

Y despojarla de todos
los conceptos
y características que
le hemos ido añadiendo
con el paso de los años.

Una vez reconocido
nuestro ser desnudo,
nuestra pura y limpia
sensación de tan solo ser.

Debemos permanecer en ella
todo el tiempo que podamos,
volviendo una y otra vez
de allí donde
la atención nos lleve.

Nada más.

Todo vendrá por sí solo
y a su ritmo,
sin que tengamos
que hacer nada para ello.

Solo permanecer
en nuestro ser.

1893.- Realización. (10 nov 2024)


Lo que se conoce
como realización,
es el reconocimiento
de nuestra
verdadera naturaleza.

Al limpiar nuestra
sensación de ser pura,
de todos los conceptos
y características.

Que le hemos añadido
a lo largo de la vida,
para dejarla desnuda
como apareció.

Y permanecer en ella
lo más posible,
hasta asentarnos y poder
vivir desde allí.

Es la confirmación
de nuestro
verdadero origen.

Vivir en plenitud y gozo,
con la atención libre
de ir y venir
sin quedarse atrapada
nunca en nada,
es la iluminación suprema.

1892.- Por ti mismo. (8 nov 2024)


Si te dicen que
no puedes hacerlo
por ti mismo.

Es que quieren
algo de ti.

Cuotas, cursillos,
venta de libros,
conferencias.

O simplemente
que no engroses las filas.

De quienes sabemos
que no se necesita ayuda,
para reconocer nuestra
verdadera naturaleza.

Muchas veces,
en el fondo no hay
mala intención.

Sino que uno se deslumbra,
al dar los primeros pasos
fuera de la ilusión.

Y en su ignorancia,
quiere arrastrar a los otros.

Si limpiamos nuestra
sensación de ser
de todo lo añadido.

Y depositamos nuestra
atención allí,
siempre que podamos.

Todo irá ocurriendo
por sí mismo
y nos liberaremos
de la ilusión.

Antes, cuanto más
empeño pongamos
en ser simplemente
lo que somos.

1891.- El Absoluto. (6 nov 2024)


Si creemos ser personas,
somos también nuestra historia,
nuestros pensamientos
y nuestras acciones.

Por lo tanto,
solo nos queda
luchar por sobrevivir
en el mundo.

Cuando nos desidentificamos
de la persona y el cuerpo,
tampoco somos
los pensamientos.

Sin embargo,
sabemos que el mundo
es solo nuestro reflejo
y nosotros sus creadores.

Y reconocida nuestra
verdadera naturaleza,
el Absoluto se ocupa de todo.

Solo nos queda
gozar en plenitud.

1890.- No dualidad. (4 nov 2024)


Si nuestra
verdadera naturaleza
es la no dualidad.

Nada puede quedar
fuera de ella,
y debemos serlo todo.

Si hacemos distinciones
entre esto y aquello
y tomamos una parte
para rechazar otra,
seguimos en la dualidad.

Y si practicamos algo,
para mantener
una condición determinada
frente a otras,
seguimos también
en la dualidad.

La dualidad es la base
para el funcionamiento
del intelecto
y la elaboración
de conceptos.

1889.- Sin esfuerzo. (2 nov 2024)


Todos sabemos
que somos,
que existimos,
pero no siempre tomamos
plena consciencia de ello,
ni sabemos lo que en
realidad somos.

Como todos los que
nos rodean,
creemos ser el cuerpo
y seguimos todo lo que
nos dicen
los pensamientos.

Lo que nos hace vivir
como personas
individuales
en un mundo
ajeno a nosotros.

Teniendo que
esforzarnos por
sobrevivir en él
y lograr la felicidad,
esquivando el sufrimiento
y amontonado personas,
experiencias,
conocimientos y cosas.

Que nunca nos dejan
plenamente satisfechos
y que hemos de soltar
en la muerte,
a partir de donde
no tenemos ni idea
de lo que pasa,
probablemente nada.

Si logramos separar
el cuerpo,
la persona con su historia
y su mundo,
de nuestra sensación
de existir desnuda
sin nada más añadido,
como cuando éramos
niños pequeños,
y nos centramos en ella
sin perderla de vista
mientras vivimos.

Poco a poco se va
identificando ella sola
con nuestro verdadero ser
y la certeza de nuestra
verdadera naturaleza
aflora espontáneamente,
regalándonos serenidad
y paz sin por ello
arrebatarnos el mundo.

Que ahora brilla
siendo uno
con nuestro pleno
gozo de vivir,
mientras fluye a su ritmo,
sin esfuerzo alguno
por nuestra parte.

1888.- Fluir. (31 oct 2024)


Tras el satori, que es
el súbito y completo
reconocimiento de
nuestra verdadera
naturaleza original.

Zazen es nuestro
estado natural.

No hace falta
adoptar la postura
de piernas cruzadas,
ni ninguna otra
en particular.

Seguimos
los pensamientos
y aparece la historia,
con sus mil
interpretaciones
que disfrutar.

Recogemos la atención,
y el mundo queda
espontáneamente sereno
en su perfecto
e interminable fluir.

1887.- Maestros. (29 oct 2024)


Los Maestros que en
su enseñanza, se ciñen
a la escuela o doctrina
concreta que ellos
mismos siguieron
y niegan las otras.

Solo demuestran
no haber reconocido
su verdadera naturaleza
original por completo.

O sabrían que su expresión
es diferente en cada cual,
como diferentes son
los caminos que llevan
a su reconocimiento.

Solo alguien perdido
entre los pensamientos,
afirmaría que alguno
de esos caminos
es el único verdadero.

1886.- Sigue su curso. (27 oct 2024)


Del vacío Absoluto,
nace la consciencia.

Que al reconocerse a sí misma,
engendra el primer pensamiento,
el yo soy, que es
el primer concepto.

El testigo que aparece
junto con el mundo
que atestigua, en el comienzo
de la dualidad.

Y que erróneamente
se identifica con el cuerpo.

Así, nuestra
libre sensación de ser,
sacrifica su esencia divina
como dios creador.

Para entregarse al sufrimiento
de la experimentación
y las sensaciones de la existencia.

Si recogemos la atención
y la depositamos en el yo soy.

Este acaba fundiéndose
con la consciencia,
sin perder su individualidad,
ni la capacidad de percibir.

Pero ya desidentificado del cuerpo,
intuyendo que su verdadera
naturaleza es el Absoluto.

Que es lo que quedará
a la muerte del cuerpo.

En realidad,
todo es una sola cosa
y esa cosa es lo que somos.

Al serlo plenamente sin más,
todo ocupa su lugar
y sigue su curso,
mientras nos inunda el gozo.