Dejar a la mente original
a cargo de todo
y reposar en la dicha y la paz
de nuestra verdadera naturaleza.
Es como dejar el videojuego
en modo 'demo',
y esperar a que el muñeco
abandone todo lo ganado
y olvide todo lo perdido.
Y regrese de donde
lo hayamos dejado,
para hacer naturalmente
y sin esfuerzo
aquello para lo que
fue diseñado.
Y por qué
no coger el mando
y manejar contínuamente
el muñeco otra vez?
Porque siendo
ya la plenitud,
el pensamiento reposa
sereno diluido
en su origen.
Y sencillamente,
no necesita
salir a buscar
lo que ya no le falta.