La idea de que somos algo
y tenemos que
llegar a ser otra cosa,
es errónea.
Solo tenemos
que reconocer
lo que ya somos.
Y por qué
no lo reconocemos?
Porque estamos pendientes
solo de los pensamientos
y sus contenidos conceptuales.
no nos damos cuenta?
Porque desde pequeños
nos enseñan
a prestar atención
solo a los pensamientos
y a vivir como
personas en cuerpos.
Si retiramos la atención
y el interés de los pensamientos,
abandonamos la historia ilusoria
que estos han urdido.
Donde somos personas
independientes unas de otras,
en busca de la felicidad
en un mundo objetivo
que está entre todos nosotros.
Y recuperamos
el funcionamiento original
de la mente,
como cuando éramos niños.
Entonces, en vez de falta
de felicidad y lucha,
solo queda dicha y paz.
Y todo en nuestra vida
transcurre natural
y espontáneamente,
como en la naturaleza.
Vivimos pendientes
de una vida paralela,
que hemos creado con
los conceptos del pensamiento.
Allí, el sujeto necesita
los objetos del mundo
y nunca está satisfecho y feliz,
hasta que al final se muere.
Fuera de los pensamientos,
y por sí mismo.
Pero nos da vértigo soltar
la interpretación automática
de los pensamientos.
Y solo cuando lo hacemos
y nos abandonamos a la vida,
la mente original nos desvela
nuestra verdadera naturaleza.
La no dualidad
sin sujeto ni objetos,
sin sufrimiento y sin muerte.