2049.- Desaparecido. (18 sep 2025)


Nuestra verdadera naturaleza
es anterior a la consciencia.

Es lo que queda
cuando todo
ha desaparecido.

2048.- Dejarlo atrás. (16 sep 2025)


La consciencia aparece
en nosotros sin buscarla.

Y se identifica natural
y automáticamente
con la forma del cuerpo.

Creándose la persona
que lleva nuestro nombre
y nuestra historia personal,
que llamamos ego.

Y que actúa en el mundo
buscando la felicidad
guiada por los pensamientos.

Hasta que muere y por lo visto
la cosa vuelve
a empezar interminablemente.

Pero, de dónde
surge la consciencia?

De donde antes
no había consciencia,
que es su origen
y a donde regresa
tras la muerte.

Desidentificarse del cuerpo
es desidentificarse de la persona.

Y darnos cuenta
de que ambos son nuestros,
pero que no somos
ninguno de los dos.

Eso nos sitúa de nuevo
en la consciencia
que primero apareció.

Que es nuestra
residencia provisional,
donde podemos seguir
viviendo sin necesidades
en dicha, plenitud y paz,
lejos de las cuitas y el destino
de la persona y el cuerpo.

Hasta que estos desaparezcan
y volvamos a casa sin más.

Y dónde quedan los estímulos
y las experiencias
de la existencia?

Todo eso nos sirve
mientras nos sirve.

Cuando ya no nos llena
nos causa más sufrimiento
que placer.

Simplemente se deja a un lado
con la persona y el cuerpo
entregándolo todo al devenir.

De todas formas, tras la muerte,
todo eso hay que dejarlo atrás.

2047.- El Absoluto. (14 sep 2025)


Se nos encerró el Absoluto
en la persona
que lleva nuestro nombre
y tomó la forma del cuerpo
sin que nos diéramos cuenta.

Y todos lo dimos
por hecho.

Por eso nos pasamos la vida
mendigando un poco de placer
y rogando que la miseria
no se cebe con nosotros.

Somos el Absoluto
sin límites ni forma.

Y solo con dejar de jugar
con los objetos de los sentidos,
como si fueran a darnos
lo que no nos han dado ya
o le han dado a cualquier otro
ser humano sobre esta tierra.

El Absoluto será
libre de nuevo.

Y como conservamos
la consciencia de ser
en vida del cuerpo,
disfrutaremos de
la percepción
en plenitud,
en dicha y en paz.

Hasta que ya sin cuerpo
nos disolvamos sin más.

2046.- La mente. (12 sep 2025)


Unos llaman mente
a los pensamientos,
otros al espacio donde
van y vienen.

Hay quien identifica
la mente con el intelecto
e incluso con
el cerebro o el corazón.

Y hay algunos que
la consideran algo único
y común a todos,
con lo que se maneja
la dualidad.

O quien llega a identificarla
con el Absoluto no manifiesto.

Así, cuando leemos
por ahí frases sueltas,
o pasamos de un autor
o un traductor 
de las mismas
enseñanzas a otro.

Nos parece que hablan
de cosas distintas
y que cada uno
entiende algo diferente.

Pero aunque nos pusiéramos
todos de acuerdo
y pactáramos una sola
enseñanza verdadera.

Lo único que
conseguiríamos serían
conceptos más precisos
y un conocimiento
de la verdad más acertado.

Pero la liberación
es liberarse precisamente
de todos los conceptos
del pensamiento
y regresar a la
consciencia de ser
sin más.

Entonces
todo por sí mismo
nos muestra
el lugar que ocupa
y espontáneamente
se despiertan
la plenitud
la dicha y la paz.

2045.- Sin más. (10 sep 2025)


Todo habría sido
seguramente más sencillo,
si en la soledad de mi juventud
alguien me hubiera dicho
que yo no era el cuerpo
ni la mente.

Que mi naturaleza
original era otra,
que intelectualmente
no podía encontrar.

Y que en vez de convertirme
en alguien que conociera el secreto,
debía regresar para reconocer
lo que siempre había sido.

Pero cuando me encontré
con otros que buscaban
como yo había buscado.

Me di cuenta de que
perdidos en los pensamientos
como todos vivimos,
las enseñanzas no se comprenden.

Y es imposible siquiera imaginar
que solo con dejar de ensoñar,
lo que verdaderamente somos
se muestra espontáneamente
sin más.

2044.- Todo acabó. (8 sep 2025)


Echados sobre la hierba,
pasamos el día observando
las nubes que vienen y van.

Mientras adivinamos en ellas
incontables formas cambiantes.

Que se parecen
a objetos que conocemos
y cuya existencia
guardamos en la memoria.

De pronto, nos percatamos
de que empieza
a caer la noche.

Y que aunque las nubes
siguen pasando igual,
eran visibles gracias al claro
cielo azul por el que flotaban.

Que nos pasó desapercibido
hasta que la oscuridad
nos impidió ver nada más.

Y pensando en formas ilusorias
pasamos los días,
hasta que nos sorprende
la negrura de la muerte
y todo termina.

2042.- Posible. (4 sep 2025)


Todas las enseñanzas
son solo
expresiones subjetivas.

De la manera en que cada uno
reconocemos la mente única.

Nuestra verdadera naturaleza,
que es la misma en todos.

Una vez reconocida,
nuestra palabra señalándola
es ya la única enseñanza posible.

2041.- Exprimido. (2 sep 2025)


No ponemos atención
a todos los pensamientos,
sino solo a los que despiertan
nuestro interés.

Lo que hace que se encadenen
con pensamientos similares.

Por eso, hasta que no hayamos
exprimido bien el mundo.

Es difícil que le demos la espalda
y podamos retirar la atención
de todos los pensamientos.

2040.- El pensador..


Nuestra naturaleza
está en todos.

Y en todos funciona
espontáneamente
a la perfección.

Pero pocos tenemos
la posibilidad,
de que la atención.

Abandone los pensamientos
y nos reconozcamos
tal como somos sin ellos.

La mayoría
vivimos toda la vida
pensando.

En un mundo pensado
por un pensador.

2039.- Caer.


No nos hace falta un maestro,
un médico o un psicólogo.

Se trata exclusivamente
de retirar la atención
de los pensamientos,
para vivir felices y en paz.

No para caer
en un vacío existencial,
en el que la vida
carezca de sentido.

2038.- En ningún lugar.


Todos los que
en nuestra búsqueda
quisimos resolver
nuestras vidas
comprendiendo
las enseñanzas.

Tuvimos que abandonar
nuestro intento,
al darnos cuenta
de que el pensamiento
no era la herramienta
adecuada para ello.

Todos los que buscando
en nuestro interior
llegamos al testigo silencioso
de lo percibido,
a la consciencia.

Tenemos en común
que lo expresamos
según nuestros
contenidos conceptuales.

Y que nos manejamos
mejor que antes
en la dualidad
del pensamiento.

Todos los que siguiendo
nuestra búsqueda desde allí
hemos reconocido nuestra
verdadera naturaleza,
no hemos encontrado nada.

Porque nada había
y solo permenece el mundo
de todos los días
en plenitud, dicha y paz.

Todos los que abandonamos
la búsqueda y a quien buscaba,
tenemos en común que
despojados de magias,
adornos, mantos ceremoniales,
figuras sagradas y creencias.

Caminamos al acaso
expresándonos en libertad.

Y nadie nos cree
cuando les decimos
que no hay nada
en ningún lugar.

2037.- Arrastrados.


Si no reconocemos
nuestra verdadera naturaleza,
que no es la persona ni el cuerpo.

Viviremos siempre arrastrados
o tratando de no estarlo,
para acabar al final muriendo.

2036.- Todo regresa.


Nuestra naturaleza,
es lo que todos
somos en origen.

Pero que pocos reconocemos,
porque no nos
percatamos de ella.

Ya que estamos
permanentemente pendientes
de los pensamientos
y del mundo.

Hemos de detenernos,
recoger la atención
en nuestro interior
y buscar lo que somos.

Entonces, igual
que hacia afuera
encontramos un vestido,
una pareja o un trabajo,
si lo buscamos con empeño.

Dentro encontraremos,
cada uno a nuestra manera
y sin falta, lo que
verdaderamente somos.

Si una vez allí
le damos nombre,
nos quedaremos
aún a distancia.

Y si nos apegamos
al vacío que aparezca,
malgastaremos
la oportunidad única
que se nos presenta.

Pero si vamos hasta el final
todo regresa,
esta vez por sí mismo, 
a su exacto momento
en su preciso lugar.

2035.- Lo mismo.


Todos expresamos
nuestras respectivas
diferentes creencias.

Como distintas son
las combinaciones
conceptuales en cada cual.

Solo en nuestra naturaleza
somos lo mismo
y en su reconocimiento
no hay distinción.

2034.- Para qué.


Si no fuera
posible retirar
la atención
y el interés de
los pensamientos
conceptuales.

Para qué
existiría la enseñanza
que dice que esa
es la liberación?

Y si esto no fuera
la liberación.

Habría llegado
esa enseñanza
hasta hoy?

2033.- Sin identificar.


Creer que somos extraterrestres,
la reencarnación de Julio César,
almas en evolución, espíritus puros
o el ser supremo mismo.

Es tan descabellado,
como creer que somos
el cuerpo o la persona
que lleva nuestro nombre
y nuestra historia personal.

No tenemos
por qué identificarnos
con nada para vivir.

Pues la vida
ya nos incluye
y se desarrolla por sí misma
de todas maneras.

Es más,
vivir sin identificarnos
con nada es lo natural
y nos permite ser siempre
plenitud, dicha y paz.

2032.- Brilla.


Reconocer nuestra
verdadera naturaleza
es sencillo e inmediato.

Ya que es solo
lo que todos ya somos.

El esfuerzo y el trabajo
están en llegar a comprender.

Que se trata de ignorar
todos los conceptos,
conocimientos, creencias
y experiencias.

Que se han acumulado
en la memoria desde que
éramos niños.

Entonces la mente,
como originalmente es,
sigue funcionando
espontáneamente
y por sí sola.

Y nuestra naturaleza
brilla sin más
como siempre.

Pero sin nada
que la cubra.

Por eso sí es
posible reconocerla.

2031.- La figura de arena.


Varias personas
se acercan a un hombre,
que arrodillado en la playa
se esfuerza
por amontonar la arena,
para darle
una forma determinada.

Los espectadores observan
interesados en silencio,
preguntándose
qué hará el hombre
y qué será la figura
que parece estar creando,
mientras que otros
siguen su camino indiferentes.

Entre todos ellos, la arena,
la orilla del mar,
el calor del verano
y el cielo azul.

Todos sus cuerpos respiran,
bombean sangre
y se mantienen en pie
alrededor de la figura.

Y los pensamientos
de cada uno la comparan
con todo lo que conocen,
tratando de averiguar qué es.

Unos buscan
construcciones parecidas
que hayan visto,
otros formas de animales
y algunos más tratan
de asociarla a objetos
cotidianos que conocen.

De pronto, el hombre
dice que es
una montaña de arena.

Cada espectador
identifica ese nombre
entre sus conceptos
y comprende.

Ahora todos comparten
la playa, el cielo, la arena,
el mar y además
la montaña de arena.

Entonces unos
la observan interesados
y otros le retiran
la atención y se van.

Así creamos
con el pensamiento
mundos que podemos
llegar a compartir.

Y así los sumamos
al nuestro
o los rechazamos,
siempre sobre
un mismo mundo
de arena, de cielo
y de mar.