Reconocer nuestra
verdadera naturaleza
es sencillo e inmediato.
Ya que es solo
lo que todos ya somos.
El esfuerzo y el trabajo
están en llegar a comprender.
Que se trata de ignorar
todos los conceptos,
conocimientos, creencias
y experiencias.
Que se han acumulado
en la memoria desde que
éramos niños.
Entonces la mente,
como originalmente es,
sigue funcionando
espontáneamente
y por sí sola.
Y nuestra naturaleza
brilla sin más
como siempre.
Pero sin nada
que la cubra.
Por eso sí es
posible reconocerla.