Todo lo que nos separa
de nuestra verdadera naturaleza
cuando intentamos reconocerla,
es de nuestra propia creación.
Y no son objetos, pensamientos,
ideas o cosas que hayamos
puesto allí y podamos retirar.
Sino la interpretación
que hacemos,
de que todo eso nos lo impide.
Esa creencia absurda,
de que no somos lo que somos
y que tenemos que llegar a serlo.
Practicando o recorriendo
algún camino hasta allí,
es una necedad.
Pues ya somos
lo que somos
desde siempre.
Cómo desmontar
esa creencia?
Desde la creencia misma,
parece complicado.
Por eso,
hay que optar por retirar
la atención del pensamiento.
Que es donde
todas las creencias
se forjan y bullen.
Y dejarnos ser
sin más.
Eso es todo.