No somos nada de lo que
podamos percibir,
ya sea mediante los sentidos,
los pensamientos o los sentimientos.
Porque somos el que
percibe lo percibido.
Por eso, buscarnos es inútil,
ya que somos el que busca.
Y cómo encontrar al que busca,
si no lo podemos percibir?
Siéndolo.
Si nos desprendemos de todo,
de absolutamente todo
durante un instante.
hasta regresar al bebé
que un día fuimos.
Y nos dejamos ser
lo que somos sin más,
todo habrá terminado.
Porque por fin,
nos quedará claro
cuál es nuestro
verdadero hogar.