Si nuestra
verdadera naturaleza
es la no dualidad.
Nada puede quedar
fuera de ella,
y debemos serlo todo.
Si hacemos distinciones
entre esto y aquello
y tomamos una parte
para rechazar otra,
seguimos en la dualidad.
Y si practicamos algo,
para mantener
una condición determinada
frente a otras,
seguimos también
en la dualidad.
La dualidad es la base
para el funcionamiento
del intelecto
y la elaboración
de conceptos.