En cuanto vemos a nuestro
personaje desde fuera,
podemos hacer con él
casi cualquier cosa.
Pero mientras
nos identificamos con él,
es donde vivimos
y es lo que somos.
Entonces, solo podemos
fijarnos en lo que
percibimos desde él.
Y así, solo consideramos
la posibilidad
de cambiar el mundo,
sus cosas y sus gentes.
Nunca nos damos cuenta
de que el personaje,
es mucho más fácil
de cambiar.
Y que al hacerlo,
nuestro mundo entero
cambia.