1843.- Se detuvo.


Desde pequeño, quise saber
qué era yo
y cómo funcionaba la vida.

Y después de años intentando
encontrar una respuesta,
un día el pensamiento
simplemente se detuvo,
o mi atención se
desprendió de él.

Y me di cuenta entonces,
de que estaba aquí
y era parte de un todo
que funcionaba solo
y que era lo que era sin más.

Y así había sido siempre,
solo que yo había vivido
entretenido en hablar
conmigo mismo.

Y en seguir y creer,
todo lo que el pensamiento
me mostraba y me decía.

Pero no me quedé
en ese estado,
fue solo el reconocimiento
de nuestra
verdadera naturaleza.

Cuando el pensamiento
regresó, me mostró
mi karma.

Y feliz lo sigo, sin hacer caso
de las mil sugerencias
del pensamiento.

Que sigue tratando
de manejar
una vida, que no es
suya ni de nadie,
sino solo una experiencia
a la que entregarse y gozar.

Entre todas las indicaciones
que desde diferentes
puntos de vista,
creencias y épocas
los maestros nos dan.

Es posible destilar
una sensación particular,
que nos lleve por
nuestros propios medios,
y desde donde
cada uno crea estar,
al reconocimiento de nuestra
verdadera naturaleza.

La expresión que
esa experiencia
tome en cada uno,
depende de cada cual.