La vida es tan preciosa
y es tan maravilloso estar vivos
y disfrutar cada experiencia,
que todos tenemos derecho
a recuperar la alegría
de vivir en plenitud.
No hay que echar agua
para intentar apagar el fuego
del pensamiento y las pasiones
y mucho menos añadirle más leña,
solo hay que retirarse
y disfrutar mientras arde.
No perdamos más tiempo
esforzándonos para nada.
Fuera con las tristezas,
las esperanzas baldías
y los recuerdos oscuros,
no vamos a ningún sitio
y todo está bien como está.
Disfrutemos de ser lo que somos,
antes de que la muerte nos demuestre
que era así y ya sea demasiado tarde.