1766.- Somos dios.


Como personas,
lejos de dios somos vulnerables
al miedo y la soledad,
de haber sido arrojados a un mundo
que ni comprendemos ni controlamos,
haciendo frente como podemos,
a las circunstancias que sin previo aviso
aparecen en nuestras vidas.

Pero tras darnos cuenta
de que no somos
solo esa persona que lleva nuestro nombre,
sino mucho más,
volvemos al mundo ilusorio
envueltos en el vacío primordial,
para experimentar y disfrutar
de cada emoción
que despierta en nosotros
la magia de la vida,
en un mundo ilusorio que no deja de girar
y de regalarnos la fantasía de ser sin ser,
para disfrutarla en la plenitud de la alegría.

No somos el enemigo,
somos dios.