1767.- Satori.


Un error común que cometemos
tras el satori del reconocimiento súbito
de nuestra verdadera naturaleza original,
que sucede al margen de los contenidos
del pensamiento conceptual,
es querer prolongar esa experiencia
de inmensa alegría, gozo y paz.

Pues para ello, sin quererlo,
no tenemos más remedio
que regresar a ser
la persona que va a tratar
inútilmente de hacerlo,
usando lo único que tiene a mano,
que son los contenidos
del pensamiento conceptual,
fuera de los cuales fue que precisamente
se pudo vivir aquella experiencia,
por lo que la convertimos
en un inalcanzable recuerdo de por vida.

A mí me ocurrió también pasados unos días,
cuando el pensamiento regresó,
así que me recosté en un sillón
y abandoné voluntariamente y de corazón
todo lo añadido a mi yo desnudo,
renuncié hasta a mi propia vida,
y soltando el control de mi respiración,
me dejé morir en aquél sillón.

Entonces solo quedó aquello
a lo que no podemos renunciar,
porque es lo que somos
y la experiencia fresca y espontánea
se repitió, disipando todas mis dudas
y permitiéndome regresar sin miedo
al mundo de todos los días,
esta vez para dejarme
confiadamente vivir en paz.