1764.- A casa.


Todas las enseñanzas
son en realidad indicaciones,
como los postes que señalan
las direcciones hacia las que ir,
para llegar a algún sitio,
pero que no nos llevan a él,
ya que somos nosotros quienes tenemos
que recorrer el camino.

El anhelo por descubrir
lo que somos en realidad,
se despierta en la mayoría de nosotros
en algún momento de nuestra vida,
cuando la consciencia,
cansada de experimentar
entre la impermanencia,
necesita algo más estable
y busca entonces el regreso a casa.

Ese volver que llegamos a ansiar,
nos guía por senderos que son solo nuestros,
ya que cada uno inicia el regreso
desde un punto diferente de la dualidad
y ha de sortear sus propias creencias
y contenidos conceptuales.

Llegar a casa es la mayor alegría
que se puede experimentar,
y regresar al bullicio ya sabiendo
que nada nos puede manchar,
es el gozo de vivir
esta vez en absoluta plenitud.