1885.- Inseparables.


Padecemos
el sufrimiento
y el apego.

Pero no estamos
dispuestos a renunciar
a la satisfacción de nuestros
deseos y al placer.

No nos damos cuenta
de que son inseparables
y solo porque hay placer
es que hay sufrimiento.

Y solo por desear
las propuestas
del pensamiento.

No aceptamos
lo que verdaderamente
somos como lo que somos.

La felicidad
y el gozo permanentes
más allá de lo soñado.