
Un día nos damos cuenta
de que en nuestro interior
imaginamos ser lo que somos.
Porque somos
lo que imaginamos ser
en nuestro mundo
subjetivo particular
en el que vivimos.
Por eso, nadie
puede saber
a ciencia cierta
lo que imaginamos ser,
ni hacer nada por nosotros.
Salvo señalarnos
nuestra verdadera naturaleza
que no es nada de eso,
sino permanecer
sin identificarnos con nada.
Sin imaginar nada
que nos obligue
sin querer a serlo
y que sin embargo
es lo que somos.
Pero cómo expresarlo
sin caer
en la imaginaria vacuidad,
donde todo lo que existe
es ilusorio
y nada tiene sentido?
Abandonando
hasta al que abandona
y sin mas cuitas
dejándonos vivir.