2082.- Aquello. (23 nov 2025)


Es todo un juego
de identificaciones.

Un día nos descubrimos
vivos dentro del cuerpo
y comienza el espectáculo
de la percepción.

Que nos arrastra hasta que nos
hacemos conscientes
de estar en nuestro cuerpo
y aprendemos a controlarlo.

Inmediatamente nos perdemos
entre los acontecimientos,
a los que reaccionamos
como podemos, con todo lo que
tenemos a mano.

Esas acciones van generando
unas consecuencias,
que acaban controlando
por completo nuestras vidas
y nos fuerzan a encontrar
nuevas soluciones.

Un día, descubrimos
la persona en nosotros
y nos damos cuenta
de que podemos cambiar
y afrontar mejor
las experiencias de la vida.

Pero tarde o temprano,
llegamos a aceptar
que en el mundo
no hay felicidad permanente.

Y que el sufrimiento
suele opacar el poco placer
que de vez en cuando
encontramos en él.

Así que nos volvemos
hacia el interior
en busca de respuestas.

Aparece entonces
el testigo que
observa indiferente.

Pero que
en demasiadas ocasiones
es arrastrado a la acción.

Alimentando así aquello
que en silencio
presenciaba triunfante
y que ahora parece
no tener fin.

Con el tiempo,
cansado del mundo, el testigo
se vuelve hacia sí mismo.

La mente se calma
y permanece serena
como consciencia,
como simple presencia
sin ser arrastrada
por los pensamientos.

Hacia un mundo
que sin embargo
sigue allí en toda su
riqueza y espontaneidad.

Hasta que sin querer
regresamos a donde
estábamos al principio.

Fundidos con el Absoluto,
pero con el cuerpo
y la persona desarrollados,
pudiendo interpretar el mundo
de acuerdo a los contenidos
que el pensamiento maneja.

Ya sin olvidar ser en vida,
aquello que eramos antes de nacer
y seremos después de morir.