Residir en la mente original,
rezuma un intenso gusto
a dicha y paz.
Que hace mucho más
llevadera la existencia.
Por eso, la mayoría
eligimos quedarnos allí
disfrutando la vida.
Y no dejarnos caer
en eso inmenso
que se abre detrás.
Nuestra verdadera
naturaleza original,
neutra, ausente
e indiferente.
