Nunca comprenderemos
lo que somos.
Porque para reconocerlo,
tenemos que prescindir
de los pensamientos,
que son los que
interpretan la percepción.
Solo podemos reconocer
lo que somos
siéndolo plenamente,
realizándolo.
Y para eso
no hace falta irse lejos,
practicar duro,
ni convertirse en nada.
Sino eliminar todo aquello
con lo que nos identificamos,
entonces lo que queda
es lo que somos.
