El momento
del reconocimiento
de lo que
verdaderamente somos.
De nuestra
verdadera naturaleza,
es igual para todos.
Pues todos somos
lo mismo.
Hasta entonces,
los caminos que nos
llevan allí
desde donde cada uno
creemos estar.
Siendo lo que cada
cual creemos ser,
son tan numerosos
como lo son
las posibles creencias.
Imposible dar una
indicación general
que sirva para
todos por igual.
Solo podemos señalar
que no somos
la persona en el cuerpo
que todos creemos ser.
Y que todos podemos
reconocer la dicha
y la paz eternas
que en verdad somos.
Si queremos así hacerlo,
buscando sinceramente
en nuestro interior.