Un día, uno empieza
a interesarse
por algo más que
el mundo manifiesto
y la vida cotidiana.
Entonces busca,
investiga y prueba.
Despertar, es descubrir
el testigo de la experiencia.
Y comprender que
ignorando el pensamiento,
podemos permanecer
observando en silencio.
Mientras todo
se despliega por sí mismo
en nuestra presencia.
Una vez que nos
asentamos en el testigo
y estamos
desidentificados de todo,
este es tragado
por el Absoluto.
Y aún manteniendo nuestra
ilusoria individualidad
inconsciente de
sí misma en vida.
Todo es una sola cosa
indiferente en la
iluminación suprema.