Nadie puede ayudar
a nadie a nada.
Solo señalar que no somos
la persona que lleva
nuestro nombre,
vive en nuestro cuerpo
y carga con nuestra historia.
Y que tratar de averiguar
lo que verdaderamente somos
mediante el conocimiento
o la práctica, es inútil.
Para reconocer
nuestra verdadera
naturaleza original.
Debemos intentar
retirar la atención
y el interés
de los pensamientos.
Cada uno, como
y cuando pueda.
Lo demás,
llega por sí solo.