Todos creemos que las cosas
son de una manera y no de otra.
Porque todas las creencias
pertenecen al pensamiento
conceptual dualista,
donde siempre tenemos
que elegir una mitad
y desechar la otra.
Pero por rígidas,
válidas y razonables
que sean nuestras creencias,
eso es todo lo que son,
creencias sin más.
Que pueden ser
substituidas por otras,
a condición de que
queramos hacerlo
y lo hagamos.
Toda nuestra vida
es lo que creemos que es.
Por eso, más que enredar
ajustando nuestras creencias
a lo que nos hace sentir mejor,
es más fácil adoptar otras.
Creemos que tenemos
que emprender
un largo camino de esfuerzo,
para dejar atrás el sufrimiento
de la existencia y así será.
O creemos que con
retirar la atención
del pensamiento,
la mente original
se hará cargo de todo
y así sera,
O tal vez que tengamos
que viajar a la India,
o al Japón, a postrarnos
ante determinado maestro
y así será también
para nosotros.