Cuando estamos atravesando
alguna experiencia en los sueños,
la vivimos como en vigilia.
Ya que no sabemos
que estamos dormidos,
hasta que nos despertamos.
Por eso,
no sirve de mucho,
que dormidos nos digan
que estamos soñando.
Porque mientras
sigamos dormidos,
no podremos enterarnos.
Y si nos despiertan,
el sueño se evapora sin más
y no podemos hacer nada
para volver a él.
Vivir siempre despiertos
y renunciar innecesariamente
a soñar, no parece
tampoco muy sensato.
Por eso, es mejor decir
que vivimos perdidos
entre los pensamientos
sin siquiera saberlo.
Y que si estos se detienen
por un instante,
o podemos retirarles
nuestra atención e interés.
Inmediatamente estamos
en la mente original como siempre,
pero ahora conscientemente
y todo sigue su curso por sí mismo.
Pero hemos de darnos cuenta
de lo que ha ocurrido,
a fin de poder entrar y salir
libremente de los pensamientos,
al albur de nuestra atención.
Y saber en cada momento,
si estamos en vigilia o soñando.
