Es una verdadera lástima,
despreciar la maravillosa manera
que tenemos de arreglar el mundo,
para poder vivir en él.
Nuestras capacidades funcionan
de manera impecable
siempre que se las necesita
y la vida rebosa
magia por doquier.
Solo hay que darse cuenta
de que no es necesario
comprender nada,
ni hacer algo especial,
para que todo funcione
correctamente.
Y permitir así,
que las respuestas
afloren espontáneamente.
Dejándonos vivir en paz
en un fantástico mundo,
donde todo es lo que es,
como es.