Cada uno ha de encontrar
su propio remedio.
Porque cada cual va viajando
por su propia tierra,
visitando sus propios lugares
y sus necesidades son distintas.
Hay un mundo
entre todos nosotros.
Pero no es ninguno
de los mundos
en los que vivimos.
Hasta que el pensamiento
nos libera
y caemos todos entre
las montañas, el cielo y el mar.