1828.- Mente original.


La mente original
que nos dieron a todos al nacer,
es capaz de manejarse perfectamente
en la vida cotidiana,
llevando a cabo
todas las actividades
que esta nos requiere.

Mientras tanto,
nosotros podemos
tener la atención
puesta en los pensamientos.

Sobre lo que ocurrió
en el pasado,
sobre cómo nos gustaría
que fueran las cosas
en el presente,
o qué esperamos
del futuro.

Y no por ello
dejamos de dormir,
comer, mover los brazos
y las piernas o parpadear
y respirar.

Nuestro intelecto
nos permite acceder
a tareas más complicadas.

Y el hábito adquirido
mediante la repetición,
nos facilita desentendernos
de ellas,
mientras se realizan
automáticamente
sin apenas requerir
nuestra atención.

Que podemos destinar
de nuevo a nuestras fantasías,
ilusiones, pensamientos
y maquinaciones,
para lograr nuestros deseos
y evitar lo que no deseamos
experimentar.

Todo lo que se
superpone a lo evidente,
es una ilusión
del pensamiento conceptual,
que interpreta
hechos y situaciones,
que muchas veces
solo están en nuestra
imaginación.

Es algo subjetivo y personal
que no podemos compartir
con otros,
porque aunque lo intentáramos,
sería interpretado
según sus contenidos,
de manera distinta
a como se lo
hubiéramos comunicado.

Sin embargo,
podemos sentarnos
uno al lado del otro
en el mismo banco
del parque una tarde
de primavera.

Recibir en el rostro
la misma brisa
y mover nuestro
cuerpo perfectamente,
de acuerdo a la situación dada.

Viviendo con la mente
tal como era originalmente,
todo se desarrolla por sí mismo
y podemos disfrutar de la plenitud
y la paz de vivir
en alegría y gozo.

Interesarnos innecesariamente
por el argumento subjetivo
y personal que nos presentan
los pensamientos,
nos obliga a estar presentes allí,
para manejar cada situación,
sin jamás lograr
la felicidad esperada.

Y a vivir permanentemente
en la incertidumbre
y el desasosiego,
ausentes de nuestra propia
vida espontánea,
que se desarrolla perfectamente
al cuidado de la mente original.

Significa esto
que no debemos pensar,
soñar, imaginar, crear,
armar una vida personal
o seguir el karma de los tiempos
junto a los demás?

No.

Se trata solo de no confundir
una cosa con la otra,
y de saber cuándo estamos aquí
y cuando estamos allá.