Desde la persona que era,
intenté comprender la vida.
Pero tuve que ir descartando por inútiles,
la filosofía, la psicología, la ciencia,
las religiones, los pensadores,
las prácticas y las creencias.
Hasta dar con la frase de buda
que afirmaba que la persona que buscaba,
el ego, era un fantasma
que no había existido jamás.
Eso lo revolucionó todo,
pero en el budismo encontré
más de lo mismo.
Solo las frases de los maestros zen
parecían indicar algo
que de alguna manera me sonaba a cierto,
pero que no comprendía.
Así que me esforcé
por desentrañar como pude su mensaje,
hasta que un día,
tras años de lucha
y sin esperarlo para nada,
el pensamiento se detuvo por sí mismo
y accedí de golpe y por completo
a la mente original.
Todas las dudas se desvanecieron
y todo estaba resuelto
de la manera más inesperada y sencilla.
A partir de entonces,
he seguido el karma en paz
sin grandes tragedias
y he disfrutado de la vida en plenitud.
Cualquiera que deje de vivir
pendiente de los pensamientos,
estaría donde yo.
Pero sin la certeza que da
la experiencia directa del satori,
puede ser más complicado
confiar por completo en el devenir
y entrarle con todo
de nuevo a la ilusión de la dualidad.
Por eso hay que intentar comprender
hasta que el velo caiga.
"Pedid y se os dará,
buscad y hallaréis,
llamad y se os abrirá;
porque todo el que pide recibe,
quien busca encuentra
y al que llama se le abre."