1815.- Hecho.


La introspección,
ha de iniciarse necesariamente
entre los pensamientos.

Buscamos lo que somos
y dejamos que el intelecto
nos dé respuesta tras respuesta,
hasta que ya no le queda
más que responder y se rinde.

Entonces, nos quedan
buscador y buscado
frente a frente,
sin ninguna explicación posible
que resuelva cómo uno,
puede parecer dos.

El par de opuestos fundamental
entra en tensión, e incapaz de crecer,
revienta deteniendo el pensamiento.

Es el satori,
el reconocimiento súbito y repentino
de nuestra verdadera naturaleza
y la mente original que toma el mando.

Solo queda alegría,
espontaneidad y ligereza.

Y todo ha sido hecho.