Creemos que podemos materializar
nuestros pensamientos en el mundo,
para poder disfrutarlos en forma
de objetos y situaciones.
Pero si no lo pensamos,
el mundo no está,
solo aparece al pensarlo.
Y es así porque lo que percibimos
como algo objetivo y real,
son solo la forma de los contenidos
subjetivos y personales
del pensamiento conceptual.
Al darnos cuenta de ello,
desvelamos la ilusión fundamental
de la existencia y reconocemos
nuestra verdadera naturaleza
que es una con todo
en dicha, gozo y paz.