1790.- De vuelta. (17 abr 2024)


Cualquier actividad que realicemos
como personas,
incrementa necesariamente
la ilusión de serlo.

Sin embargo, la introspección, la rendición
o permanecer en el yo soy en meditación
o durante nuestras tareas cotidianas.

Sí puede llevarnos al borde mismo
del pensamiento,
permitiéndonos así reconocer
nuestra naturaleza verdadera.

Algo inimaginable conceptualmente
desde el pensamiento mismo.

El instante sin pensamientos del satori
es realmente ver desde dentro
de nuestra verdadera naturaleza original.

Y disipa de golpe cualquier duda,
al constituir lo que conocemos
como no dualidad.

De vuelta en el mundo ilusorio
de la vida cotidiana,
ya no se produce la identificación
con nuestro personaje,
su karma o su historia

Ni con la interpretación automática
que a tenor de los contenidos del pensamiento conceptual
nos movía de la emoción y la acción.

La vida se vive a sí misma y nos contiene,
mientras la percepción
se despliega espontáneamente.