1249.- Bandas.

 
Podríamos concebir el karma
como infinitas bandas
de frecuencias distintas
que lo abarcan todo
y que están ahí desde siempre.
 
Nosotros seríamos los receptores
que como sofisticados televisores
en tres dimensiones,
reproduciríamos el contenido
de las frecuencias
que sintonizáramos.
 
Pudiendo recrear con ellas
un mundo ideal,
a modo de un videojuego
con definición asombrosa,
en el que emocionarnos, actuar
y pasar una vida entera
hasta el inevitable "game over".
 
Las frecuencias
se agrupan por similitud
y pueden ser combinadas
y seleccionadas sin límite
dentro del rango
posible del receptor.
 
Una vez sintonizadas,
el receptor queda definido
por las bandas de frecuencia
que proyecta.
 
Sin olvidar jamás que
cambiar unas por otras
o permanecer sintonizando
siempre las mismas,
es una opción,
no una obligación.