Una cosa no tiene
por qué ser
más importante
que otra.
Ni unas gentes
tienen por qué ser
menos que las demás.
por qué ser
más importante
que otra.
Ni unas gentes
tienen por qué ser
menos que las demás.
A veces es así,
pero puede que otras
sencillamente sea diferente.
pero puede que otras
sencillamente sea diferente.
No es lo mismo
si lo miramos desde aquí,
que si lo miramos
desde más allá.
si lo miramos desde aquí,
que si lo miramos
desde más allá.
Puede que sí
y puede también que no,
y a veces las dos cosas
al mismo tiempo.
y puede también que no,
y a veces las dos cosas
al mismo tiempo.
Nada es definitivo
y que algo haya sido así
desde siempre,
y que algo haya sido así
desde siempre,
no es garantía
de que nos vaya
a hacer felices
una vez más.
de que nos vaya
a hacer felices
una vez más.
Ninguna nube
es igual a otra.
El humo nunca sube
haciendo las mismas figuras.
es igual a otra.
El humo nunca sube
haciendo las mismas figuras.
El agua dibuja
interminables ausencias
cuando se retira al mar
desde la orilla
y nunca jamás
son las mismas.
interminables ausencias
cuando se retira al mar
desde la orilla
y nunca jamás
son las mismas.
Por qué entonces
yo tendría que ser
siempre igual?
yo tendría que ser
siempre igual?
El mismo sujeto,
coherente,
acertado,
fiel a mis gustos,
a mi origen,
a mi pasado,
a mis opiniones,
a mis desvaríos,
a mis principios,
creencias y cariños.
No,
yo solo puedo ser fiel a mi mismo,
coherente,
acertado,
fiel a mis gustos,
a mi origen,
a mi pasado,
a mis opiniones,
a mis desvaríos,
a mis principios,
creencias y cariños.
No,
yo solo puedo ser fiel a mi mismo,
a ese vacío que da sentido
a este sentimiento de alegría
que me embarga y que me guía
al encuentro de quien nunca he sido.
Una vez que nos soltamos,
a este sentimiento de alegría
que me embarga y que me guía
al encuentro de quien nunca he sido.
Una vez que nos soltamos,
nada podrá agarrarnos ya jamás
y en eso estriba el secreto y la chispa,
y en eso estriba el secreto y la chispa,
en el algarabío del corazón que,
asomado al balcón de lo incierto,
asomado al balcón de lo incierto,
siente oscilar su vida entre aquí y allá,
y disfruta flotando entre los dos
sin dejarse llevar por ninguno.
y disfruta flotando entre los dos
sin dejarse llevar por ninguno.