Inconscientes en el cuerpo,
damos tumbos por ahí
a tenor de los acontecimientos.
Hasta que nos centramos
en la persona o ego
en quienes nos hemos
convertido con los años,
y empezamos a tomar decisiones.
Entonces puede que
descubramos en nosotros
a quien fuimos de pequeños.
Y sin características añadidas
vivamos más ligeros en el yo desnudo.
Percibiendo sin identificarnos
ya con el cuerpo
y modelando en parte su destino.
Pero es posible también,
que nos demos cuenta de ser
la consciencia de ese yo,
que acaba derramándose
por todo el universo.
