Cuando nos damos cuenta
de que no somos la persona
que lleva nuestro nombre
y nuestra historia.
Esperamos que la persona
desaparezca o se convierta
en otra cosa.
Pero no es así,
porque nunca hemos sido
la persona que igual
que sola se formó.
Sola desarrollaba su vida
entre los pensamientos.
Y que así seguirá
en vida del cuerpo.
