Conocer, es colocar un objeto
mentalmente ante nosotros
y darle un nombre y unas
características determinadas.
Antes de archivarlo,
relacionado entre
todos los demás conceptos.
Cuando tratamos
de conocernos,
de saber lo que somos,
hacemos lo mismo.
Y el resultado es que,
como somos quien
usando la mente
trata de definirnnos.
No podemos ser
nunca lo definido,
que es solo un concepto
a archivar más.
Por eso, lo que
verdaderamente somos,
no podemos conocerlo,
sino serlo.
Y eso que somos,
ya lo somos
desde siempre.
Solo hemos
de darnos cuenta.
Y así dejar de creer
que somos la persona,
el cuerpo o algún otro
ente imaginado o
percibido ante nosotros.
Coleccionado entre
los conceptos
del pensamiento.
A eso que somos,
nada le afecta.
Y sin nombre
ni forma determinada,
todo lo abarca
y todo lo es.
Así que podemos
abandonarnos a serlo
en confianza plena,
y disfrutar del devenir
viviendo en plenitud,
en dicha y en paz.