Entre los pensamientos
donde casi todos vivimos,
cada uno ve las cosas
de una manera diferente.
Tiene sus puntos de vista,
sus conocimientos particulares
y su historia personal propia.
Llena de experiencias,
deseos, triunfos,
insatisfacciones, oscuridades,
capacidades y sueños.
Es inútil intentar ponernos
de acuerdo en todo eso.
Pues todos tenemos
razón al describir
lo que comprendemos
y vivimos,
como lo que realmente
estamos percibiendo.
Y para todos es siempre
algo diferente.
Fuera del pensamiento
en cambio,
todos compartimos
una misma naturaleza.
Y la mente original
se encarga de todo,
sin que nos preocupemos
nosotros por ello.
Y así todo encaja,
y el resultado no puede ser
sino el gozo de vivir
en plenitud, dicha y paz,
donde no hay nada
que decir, ni que opinar.
Pero libres somos,
si así lo queremos,
de entrar y salir
del pensamiento
manejando la atención
a voluntad.
Y así comprobar
por nosotros mismos,
cómo se vive de una manera
y cómo se vive de otra.