Sea lo que sea
lo que creamos
que hay más allá.
El universo, dios,
la vida, la energía
o la mente única.
El intelecto extiende
sobre ello una red
que conforma
de acuerdo a
sus contenidos.
Y que atrapa
por completo
nuestra atención.
Pasando a vivir
sin quererlo
y sin darnos cuenta.
Atrapados en esa red
de interpretaciones
individuales y personales.
De aparentes sucesos
únicos, separados
e independientes.
Despertar es
darse cuenta
de ello.
Y pasar de ser
un espectador
a merced
de los movimientos
de esa red.
A acomodarla
con esmero
de manera
que nos deje
ver a su través.