Todos nuestros malestares,
ya sean físicos,
emocionales o intelectuales.
Tienen que ver con nuestra
capacidad de moldear
nuestras vidas.
Y se producen como
respuesta biológica
organizada por nuestro cerebro.
Para resolver las situaciones
que enfrentamos priorizando
nuestra supervivencia.
Si en sentido figurado
no queremos ir a algún lugar,
limitaría nuestras piernas.
No querer coger
figuradamente algo,
nos dañaría los dedos
de las manos.
No querer recordar,
nos haría olvidadizos.
El síntoma siempre indica
el conflicto que atrapa una emoción,
que una vez liberada
nos devuelve la plena salud.
Lo ideal pues es dejarnos atravesar
por las emociones cuando llegan
y dejarlas marchar sin más cuando se van,
para así vivir por siempre
libres de conflictos y en paz.
