Parece que
una vida sana y feliz
depende de que
el sueño
sea suficiente
y reparador.
De una dieta
equilibrada
y de un
ejercicio regular.
Pero además debemos
entretener siempre
pensamientos positivos.
Evitar que nuestros
sentimientos
sean oscuros
o temerosos.
Y desahogar nuestras
emociones
de una forma
controlada y completa.
Por último
nuestras acciones
deben ser humildes,
sinceras,
correctas y no orientadas
jamás
hacia nuestro
propio beneficio
a costa de los demás.