1291.- Cabeza.

 
Lo llamamos perder la cabeza,
pero en realidad
es cambiar demasiado.
 
Cambiar más allá
de los límites del personaje
que creemos ser.
 
Nuestro error es creer
que hay un alguien en nosotros.
 
Porque al hacerlo
nos condenamos a defenderlo
y a pasar la vida luchando.
 
Contra las condiciones cambiantes
para que permanezcan como están.
 
O como queremos que estén
y podamos ser siempre igual.