Ninguno vamos a ninguna parte.
Atorados en las películas
que proyecta nuestro intelecto.
En las que un personaje
va continuamente del pasado
al futuro con mil cosas que hacer,
sin tener ningún presente.
Somos incapaces de darnos cuenta
de que vivimos en un aquí inevitable
que se va desenvolviendo
a medida que el tiempo
y nosotros mismos pasamos con él.
Aunque jamás se detiene
para ser un ahora,
no tiene tampoco
pasado ni futuro.
A pesar de que no se establece
nunca en un aquí estable,
carece de cualquier allí alternativo
en el que poder reposar o estar.
Ser lo que somos aquí y ahora
es no ser nadie en ningún ahora
o aquí posibles.
Incomprensible acertijo
para nuestro intelecto
a pesar de que sus propias categorías
y conceptos sean también ilusorios
y se basen en ideas no más reales
que un montón de niebla.
