Lo espiritual es solo
la otra parte de lo material
que lo completa.
Perdidos en el mundo,
sus gentes y sus cosas,
anhelamos darles el sentido
del que carecen.
Y entregados
al origen de todo,
manejando conceptos,
sentimientos e ideas.
Nos vemos empujados
a darles forma
para poderlos tocar
con las manos.
Partes ambas complementarias
de un todo que bulle en nosotros
y que cada vez que se inclina
hacia una de ellas,
en nuestro interior nos recuerda
inevitablemente la otra parte.