Las reflexiones son siempre
cosa del intelecto,
la razón y el lenguaje.
Hablan desde dentro
de la caja que guarda
los conceptos y sus relaciones.
Pero en mi caso
ese dentro ya no es
tan dentro.
Porque al haber estado
conscientemente fuera.
Mis reflexiones adolecen
de la fijeza en una descripción
estable y compartida.
Y son por tanto
irreflexiones.