1062.- Lluvia.



El agua de la lluvia
recorre la tierra en regueros,
surcos que su insistente paso
crea en busca de un lugar
en el que reposar.

Así la lluvia del deseo
recorre las vidas
por los senderos trillados
de nuestros hábitos
en busca
de su propia satisfacción.

A nivel colectivo
es así como se forman
deseos comunes
que tratan de ser satisfechos
por caminos parecidos
que ofrecen la facilidad
de estar ya trazados.

Y que en cualquier caso
conducen al mismo resultado
que los caminos nuevos,
originales o escabrosos:
a ningún sitio.

Porque la satisfacción de un deseo
tan sólo conduce a un nuevo deseo
en una cadena interminable
que jamás se detiene.