913.- Desaparece.





Cuando nos justificamos
diciendo que nosotros somos así,
o que siempre hemos sido así,
no es a nosotros a quien defendemos.

Sino a un conjunto de creencias,
actitudes, conceptos,
ideas y reacciones que,
como en su día fueron válidas.

El instinto biológico de supervivencia
que nos protege,
ha convertido en algo automático
que se oculta agazapado
en diferentes rincones oscuros,
emitiendo siempre
su misma tediosa canción.

 Creemos ser la sinfonía
que todos ellos forman al sonar,
pero a eso se le llama ego,
el personaje, la persona,
que como un fantasma de humo
desaparece cuando recuperamos
la consciencia de nuestra
verdadera naturaleza
y nos dejamos ser como somos:
un vacío testigo indiferente.

Solo hay que iluminar
los rincones oscuros,
para que desaparezcan
todos esos malhechores
que acechan en las sombras
del inconsciente.

Entonces vivimos sin vivir
en un mundo que no está,
desde un sujeto que no existe;
y percibimos felices.