Uno atesora, conserva y defiende
sus ideas, creencias y rutinas,
porque con ellas formamos
el que para nosotros
el que para nosotros
ha pasado a ser el único mundo posible,
la manera más razonable y real de vivir.
Hasta que nos damos cuenta de que todas
las demás posibilidades distintas
también lo son.
también lo son.
O que ninguna lo es.
Entonces aflojamos las manos,
soltamos el agarre
soltamos el agarre
y nos dejamos ir
sin ir a parte alguna.
sin ir a parte alguna.
Y abandonados
a la imperturbable espontaneidad
a la imperturbable espontaneidad
del instante interminable,
encontramos la paz.
encontramos la paz.
