Cuando me cuestioné la validez
y el origen de mis creencias,
y el origen de mis creencias,
me di cuenta de que ninguna era propia,
aunque todas eran mías.
También me percaté de que juntas
constituían todo lo que yo era,
constituían todo lo que yo era,
cómo interpretaba el mundo,
qué cosas buscaba,
amaba o me dolían
amaba o me dolían
y qué personas me rodeaban.
Así que en un proceso lento y suicida,
las deseché y no me quedé
casi con ninguna,
apenas lo básico
para poder seguir siendo humano.
las deseché y no me quedé
casi con ninguna,
apenas lo básico
para poder seguir siendo humano.
Fui eligiendo entonces creer
aquello que me hacía sentir bien,
pero hasta ahora no he podido
reconstruirme del todo.
Porque de cuando en cuando
mis creencias van cambiando
sobre el fondo en blanco
desde el que en silencio percibo.
aquello que me hacía sentir bien,
pero hasta ahora no he podido
reconstruirme del todo.
Porque de cuando en cuando
mis creencias van cambiando
sobre el fondo en blanco
desde el que en silencio percibo.