151.- El centro.




En el centro del movimiento
y del pasar del tiempo,
hay un lugar siempre quieto
donde fluimos sin llegar nunca a ser.

Si lo hacemos nuestro hogar,
nos perdemos la vida.

Si lo abandonamos,
nos perdemos a nosotros mismos.

Qué hacer entonces?

Soltar,
siempre soltar,
para que todo sea lo que es,
para que todo sea como es.