Las relaciones personales
tienden siempre
a ser un desastre.
Tenemos que darnos cuenta
de que nuestra persona
de que nuestra persona
es en realidad
nuestro personaje.
nuestro personaje.
Muchos de sus atributos
y cualidades son fingidos,
y cualidades son fingidos,
como ocultos
sus defectos e incertidumbres.
sus defectos e incertidumbres.
Siendo el resto
de lo que llamamos nosotros,
de lo que llamamos nosotros,
algo que está ahí
entre los recuerdos
de vivencias pasadas
entre los recuerdos
de vivencias pasadas
y aprendizajes adoptados
o fallidos.
o fallidos.
Y sin embargo,
al relacionarnos con los demás,
nos empeñamos
en ignorar el hecho
en ignorar el hecho
de que todos aquellos
a quienes encontramos.
a quienes encontramos.
Son también personajes
que no nos muestran
que no nos muestran
como sienten ser en realidad
las gentes que hay detrás.
Si a todo esto le sumas
nuestros deseos,
nuestros deseos,
temores, bloqueos y apegos.
Y esa eterna presión
entre lo que somos,
entre lo que somos,
lo que queremos ser
y aquello en lo que
nos hemos convertido.
nos hemos convertido.
No es de extrañar
que vivamos como poco,
aturdidos.